Despierta tu libertad interior
Qué te impide desplegar tus alas?
Descubre las claves para abrir tu corazón y abrazar tu verdadero yo.
Probablemente muchos de nosotros hemos experimentado esa sensación de estar encerrados, como un pájaro enjaulado, incapaces de volar hacia nuestros sueños y aspiraciones. Quizá te preguntes qué nos impide desplegar nuestras alas. A veces son las expectativas de los demás, las voces críticas de nuestro interior o incluso recuerdos de vergüenza y dudas.
Hoy quiero hablar de esa libertad interior, ese tesoro escondido en lo más profundo de nosotros, listo para ser descubierto.
¿Qué es la libertad?
¿Qué es más importante para ti: ser libre o sentirte libre?
Como ya sabrás, vivo en Estonia desde hace más de veinticinco años. Cuando llegué, el país acababa de recuperar su independencia tras largas décadas de ocupación soviética. En aquel momento, el país estaba en proceso de reconstrucción. La impresión que me llevé al llegar fue de gran abandono; las casas estaban descuidadas y la ciudad tenía un aspecto gris y triste.
Recuerdo que me sorprendieron comentarios muy diferentes, incluso opuestos. Una persona me dijo con cierta nostalgia que antes, al menos, podías moverte e ir al teatro, a conciertos y visitar toda la Unión Soviética por muy poco dinero. Le daba pena que esas oportunidades ya no existieran. Y luego otra persona dijo: "¡Ahora es mucho mejor, por fin me siento libre de tener las opiniones que quiera, de practicar la religión que quiera!
Y pensé, ¡qué contraste! Una había perdido su libertad y la otra la había ganado. Desde entonces, esta pregunta se ha vuelto fundamental para mí: ¿Cuándo somos realmente libres? ¿Qué significa eso?
El vuelo de la mariposa: metamorfosis interior
Puedes ser completamente libre físicamente y, sin embargo, no sentirte libre, no saber tomar decisiones personales, dejarte influir por "el qué dirán", o tener la impresión de que no te escuchan, de que no aceptas pensar diferente, de que tal vez no te aceptan. Y lo contrario también es cierto: puedes estar encerrado en un campo de concentración y sentirte libre por dentro: puedes tener las ideas y los ideales que quieras y seguir siendo capaz de tomar decisiones.
Imagínate una mariposa. Antes de emprender el vuelo, pasa por un periodo de intensa transformación. En su crisálida, se prepara para mostrar sus colores al mundo. Nosotros también podemos pasar por esta metamorfosis interior. No estás solo en este crisálida; es hora de liberarte y mostrar tu verdadero yo.
El viaje hacia ti mismo: comprender tus emociones
Cada emoción que sentimos es una estrella en nuestro mapa interior. Nos guían hacia un mejor conocimiento de nosotros mismos. A veces, estas emociones revelan una falta de libertad interior. Tal vez sientas reticencia a expresarte plenamente o miedo a mostrar tu verdadera cara. Es perfectamente normal, pero es esencial reconocer estos sentimientos para poder superarlos.
Truco 1: Día de las emociones
Tómate un momento cada día para escribir cómo te sientes. Sé sincero contigo mismo. Esto te ayudará a identificar las emociones que te frenan y a entender de dónde vienen. Este primer paso hacia la libertad es crucial.
Tómate un momento cada día para escribir cómo te sientes. Sé sincero contigo mismo. Esto te ayudará a identificar las emociones que te frenan y a entender de dónde vienen. Este primer paso hacia la libertad es crucial.
Barreras invisibles: identificar tus frenos
Todos tenemos barreras invisibles, esas vocecitas que nos dicen "no eres lo bastante bueno" o "¿qué pensarán? Estas barreras suelen ser ecos del pasado, miedos que se han ido acumulando con el tiempo. Pero, como los muros de arena, pueden erosionarse.
Truco 2: El ritual de la liberación
Cada semana, elige un miedo o una limitación y comprométete a hacer algo que le plante cara. Puede ser algo tan sencillo como decir lo que realmente piensas en una reunión o compartir una parte de ti mismo con alguien cercano. Cada pequeño acto de valentía debilita esos muros invisibles.
Cada semana, elige un miedo o una limitación y comprométete a hacer algo que le plante cara. Puede ser algo tan sencillo como decir lo que realmente piensas en una reunión o compartir una parte de ti mismo con alguien cercano. Cada pequeño acto de valentía debilita esos muros invisibles.
Del "debo" al "quiero": recuperar el control
Un día, mi mentor me pidió que hiciera el siguiente ejercicio. Intenta hacerlo mientras lees: describe tu día empezando cada frase con "tengo que". Hacerlo en voz alta será más eficaz:
- Tengo que levantarme, tengo que ducharme, tengo que preparar el desayuno, tengo que ir a trabajar, tengo que escuchar a mis compañeros, tengo que cuidar de los niños, tengo que ir a la compra, tengo que irme a la cama.
Ahora describe el mismo día, empezando por "quiero":
- Quiero levantarme, quiero ducharme, quiero preparar el desayuno, quiero ir a trabajar, quiero escuchar a mis compañeros, quiero cuidar de los niños, quiero ir a la compra, quiero irme a la cama.
¿Has notado alguna diferencia? Si has hecho el ejercicio en voz alta, probablemente te habrás dado cuenta de que es bastante asombrosa.
¿Cuál es la diferencia? El lugar desde el que lo hago:
- Fuera de mí: tengo que hacerlo.
- Dentro de mí: quiero hacerlo.
Es dentro de mí, en este espacio sagrado, donde realmente puedo decidir y cambiar mis circuitos neuronales. El corazón forma parte de ello. Incluso si al principio no quería hacerlo, puedo decidir libremente "voy a hacerlo no porque tenga que hacerlo, sino porque quiero hacerlo". Esto me ayuda a usar mi libertad para ir a donde realmente quiero ir.
Amor y libertad interior: una conexión sagrada
Existe un vínculo entre el corazón y la libertad. Sí, creo que el corazón está en ese espacio interior del que hablamos. No hay mucho amor en el "tengo que", pero hay mucho más en el "quiero", ¿verdad?
Vayamos un paso más allá y veamos las siguientes frases:
- "No soporto los pantalones ajustados".
- Odio las faldas largas.
- Si tienes una silueta en forma de 8 o de X, debes marcar la cintura".
- ¿Cómo puede gustarle el naranja?
¿De dónde vienen estas frases? ¿De qué hablamos cuando decimos estas cosas? ¿De amabilidad? ¿Aceptación de gustos diferentes?
Cuanto más crecemos en el amor, más se amplía este espacio interior de libertad y más capaces nos volvemos de respetar los gustos y las opiniones de los demás, al tiempo que tenemos nuestros propios gustos que no necesitamos imponer a nadie.
Y no nos sentimos "atacados". También es un síntoma de falta de libertad interior: ¡nuestro espacio es demasiado pequeño y no cabe nadie más que nosotros!
Libertad significa movimiento, diversidad y amor sincero dentro de nosotros mismos.
Hacia una nueva libertad: dar espacio a tu verdad
La libertad interior es un camino, no un destino. Está hecha de pequeñas victorias diarias y grandes realizaciones. Al liberarnos de nuestras cadenas interiores, dejamos que brille nuestra verdadera luz, la que atrae a los demás y nos permite vivir la vida en plenitud.
Truco 3: El ancla positiva
Crea un ancla positiva en tu vida diaria. Puede ser una frase, una imagen inspiradora o un objeto que te recuerde tu fuerza interior. Cada vez que te sientas atrapado, utiliza este ancla para volver a centrarte y recordarte a ti mismo tu objetivo de libertad.
Crea un ancla positiva en tu vida diaria. Puede ser una frase, una imagen inspiradora o un objeto que te recuerde tu fuerza interior. Cada vez que te sientas atrapado, utiliza este ancla para volver a centrarte y recordarte a ti mismo tu objetivo de libertad.
Tu libertad interior no es un sueño lejano, sino una realidad a tu alcance. Es hora de volar hacia tu verdad, de mostrar tus verdaderos colores al mundo. Estoy encantada de acompañarte en esta emocionante aventura. No dudes en solicitar tu sesión de valoración gratuita de 30 minutos rellenando el formulario de contacto, ¡estaré encantada de conocerte!
Estate atent@, ¡porque la liberación empieza ahora!