Ventana sobre mi vergüenza
Cómo transformar la vergüenza en libertad interior
Ventana sobre mi vergüenza
Cómo transformar la vergüenza en libertad interior
En mi artículo "Despierta tu libertad interior", te hablaba de la libertad interior y del hecho de que, a veces, aunque seamos objetivamente libres, no nos sentimos libres. Hoy me gustaría abrir una ventana a un aspecto de esta libertad interior que también me afecta personalmente.
Un testimonio elocuente
Esta semana he recibido una carta maravillosa de mi prima, que me ha contado lo mucho que se identifica con esta historia. Me contaba cómo ella también se sentía atrapada.
Os dejo con parte de su testimonio muy elocuente:
"El 'tengo que' me tuvo encerrada durante mucho tiempo como en un frasco. Pensaba que las cosas eran así. Que TENÍA que hacer (...) lo que hiciera falta para que me quisieran.
"Era como el avestruz que prefiere desaparecer y quedarse atrapado en la arena. Todo se debía a la falta de confianza en mí misma.
"Dentro de este FRASCO yo era como una crisálida atrapada. Me sentía asfixiada sin entender nada. También tenía una vocecita que me decía lo que tenía que decir o hacer.
"Un día, no hace mucho, cuando ya me acercaba a los 60 años, me atreví a abrir ese frasco, y fue algo así como un renacer. Por fin me siento libre POR DENTRO.
El aire que respiro y todo lo que quiero hacer me da alas de mariposa.
"Lo que debo se ha convertido en lo que quiero. Me costó muchas cachetadas y luego unos cuantos clics. Aprendí que esa voz es mi ego. No por mí misma, pero comprendí que podía hacer o no hacer y decir o no decir.
"Y eso lo cambia todo dentro de MÍ. Pone luz en mi corazón".
"Era como el avestruz que prefiere desaparecer y quedarse atrapado en la arena. Todo se debía a la falta de confianza en mí misma.
"Dentro de este FRASCO yo era como una crisálida atrapada. Me sentía asfixiada sin entender nada. También tenía una vocecita que me decía lo que tenía que decir o hacer.
"Un día, no hace mucho, cuando ya me acercaba a los 60 años, me atreví a abrir ese frasco, y fue algo así como un renacer. Por fin me siento libre POR DENTRO.
El aire que respiro y todo lo que quiero hacer me da alas de mariposa.
"Lo que debo se ha convertido en lo que quiero. Me costó muchas cachetadas y luego unos cuantos clics. Aprendí que esa voz es mi ego. No por mí misma, pero comprendí que podía hacer o no hacer y decir o no decir.
"Y eso lo cambia todo dentro de MÍ. Pone luz en mi corazón".
Mi propia ventana sobre la vergüenza
Hoy abro una ventana sobre mi misma, en concreto sobre un aspecto de mi vergüenza. OMG 😊
Llevo mucho tiempo viviendo fuera de Francia, lo suficiente como para saber que el idioma es muy importante para entender una mentalidad y entrar en contacto con otras personas. Pero a pesar de ello, ahora creo que la lengua no lo es todo.
Mi relación con las lenguas
Durante mucho tiempo, sin darme cuenta, me daba vergüenza hablar porque no hablo ningún idioma muy bien, ni siquiera mi lengua materna. Tengo la suerte de hablar tres idiomas, aunque durante 20 años estuve convencida de que no era una bendición sino una pesadumbre. Sin embargo, me comunico, trabajo y mantengo relaciones auténticas en las tres lenguas que hablo casi a diario.
Hay gente que habla muy bien técnicamente, pero que no se comunica, que no crea vínculos. Más tarde me di cuenta de que la lengua es una herramienta, no es mi esencia. Mi valor no depende de ella. Si me dejo caer en la trampa de la vergüenza, que no quiere que muestre esta debilidad, entonces permanezco muda.
La elección: ¿vergüenza o libertad?
Es una elección que tengo que hacer: ¿qué quiero? ¿Depender de la vergüenza o tener la libertad de expresarme a mi manera, de conectar con personas de diferentes culturas y compartir nuestras riquezas?
La vergüenza y nuestra libertad
La vergüenza nos roba gran parte de nuestra libertad. Sin duda, tú tienes tu propia experiencia. Depende de nosotros utilizar esta libre elección. Por supuesto, no es fácil, pero merece la pena. La recompensa es una mayor libertad interior, ¡para poder estar orgullosa y feliz de ser quien soy y de lo que tengo!
Un problema social
Vivimos en un mundo sobrecargado de información, de cosas que leer, escuchar y hacer, y tenemos poco tiempo para escucharnos y mirarnos a nosotros mismos. A menudo vivimos con el "piloto automático": nos hemos acostumbrado a hacer las cosas de una determinada manera, a pensar de una determinada manera. Hablamos de practicar deporte y de la importancia de cuidar nuestro cuerpo, pero en el fondo nos falta conexión con él.
Cómo redescubrir tu libertad interior
Aquí tienes tres prácticas que pueden ayudarte:
1. Reconoce tus emociones, especialmente la vergüenza: Si esta palabra te produce cosquillas, es una buena señal de que necesitas prestarle atención. La vergüenza nos hace perfeccionistas y nos hace sentir inadecuados. Como dice Brene Brown: "La vergüenza es esa voz interior que nos dice que no somos lo suficientemente buenos".
2. Hacer espacio para el silencio en tu interior: Tómate momentos para parar de verdad, dejar de leer, dejar de escuchar y crear un espacio para acogerte a ti misma.
Acostúmbrate a escuchar lo que sucede en tu interior.
3. Reconocer tu vulnerabilidad: La vulnerabilidad es una fortaleza, no una debilidad. Nos permite ser auténticos y crear conexiones profundas con los demás.
1. Reconoce tus emociones, especialmente la vergüenza: Si esta palabra te produce cosquillas, es una buena señal de que necesitas prestarle atención. La vergüenza nos hace perfeccionistas y nos hace sentir inadecuados. Como dice Brene Brown: "La vergüenza es esa voz interior que nos dice que no somos lo suficientemente buenos".
2. Hacer espacio para el silencio en tu interior: Tómate momentos para parar de verdad, dejar de leer, dejar de escuchar y crear un espacio para acogerte a ti misma.
Acostúmbrate a escuchar lo que sucede en tu interior.
3. Reconocer tu vulnerabilidad: La vulnerabilidad es una fortaleza, no una debilidad. Nos permite ser auténticos y crear conexiones profundas con los demás.
A menudo pensamos que para salir de esta situación de "invisibilidad" o timidez, tenemos que forzarnos. Pero el resultado no es duradero. Puedes forzarte de vez en cuando, pero no puedes "vivir forzado". Al contrario, tienes que trabajar tus propios bloqueos.
De lo contrario, corres el riesgo de pasarte la vida "disfrazada" de otra persona.
Conclusión
Si te interesa este tema, no olvides descargarte mi ebook gratuito: "ALMA LIBRE - Tu plan para dejar de sentirte invisible y acceder a la libertad de mostrarte tal y como eres, sin esfuerzos desmesurados" y tendrás un mapa de cómo superar la vergüenza para abrazar una imagen más auténtica y libre.
"¡La vergüenza se alimenta de las sombras donde se esconde! Todo lo que necesitas es desvelarla para revelarte y recuperar tu libertad, el derecho a ser quien eres, tal y como eres." Extracto de Ame Libre
¿Qué formas conoces de alimentar tu libertad interior?